Desde las genuinas The French Connection (1971) y El exorcista (1973), el director William Friedkin no había realizado ninguna película tan destacable; hasta ahora. Killer Joe es una obra oscura, cruda y excéntrica, de corte teatral y grandes interpretaciones. Matthew McConaughey realiza uno de los mejores papeles de su carrera al dar vida a Joe, un asesino tan retorcido como profesional, que se encuentra en medio de este drama familiar donde lo único que importa es salvar el pellejo. Los últimos 20 minutos son absolutamente desconcertantes.